Que si la Lady Profeco, las Ladies Polanco y ahora, la reciente sensación de Internet … la Lady Senadora… Últimamente han circulado varios videos en la red sobre distintas “personalidades” insultando, agrediendo y amenazando a diferentes autoridades de nuestro país. Todos estos videos siguen exactamente el mismo patrón: Un asno se las da de nalga, lo graban, lo suben a Youtube, algún creativo le asigna un hashtag simpático, el resto de los usuarios atacan a la persona (y aprovechan para sacar sus más terribles complejos en contra de “los riquillos y los juniors” – que la verdad no se qué tenga Azalia “la negra” ni de riquilla ni de junior, pero bueno) y finalmente esperamos 2 semanas para que algún otro idiota llegue a hacer el mismo ridículo en otro punto de la ciudad.
Hace unos meses, venía yo circulando por las calles de la Florida cuando de pronto, por distracción absoluta, entré en una zona escolar y no reduje mi velocidad de 22 mph a 15 mph como debí de haber hecho. De la nada apareció una dama policía que, sin más ni más, me indicó que me orillara. Así lo hice, bajé mi ventana y le dije: sorry officer, what did I do wrong? (la verdad no tenía ni idea que tenía que bajar la velocidad) y sólo les puedo decir que hasta ese día conocí el significado de la palabra miedo.
Empezó por pendejearme/interrogarme y yo entre el nervio y el susto, no lograba juntar más de tres palabras en Inglés sin que pareciera la hija de Sofía Vergara. Por supuesto terminé pidiéndole perdón (en un idioma que bien pudo haber sido Arameo) e hice lo que la mayoría de las mujeres hacemos bajo situaciones de estrés… me puse a llorar cual Magdalena Mixhuca y le rogué a Dios que la no tan gentil dama se apiadara de mi alma en pena y no me llevara en forma de pretzel a la cárcel por andar de preguntona.
Si esta misma escena hubiera pasado en México, definitivamente no hubiera manoteado ni insultado al “Poli” (porque a Dios gracias a mi si me educaron) pero OBVIAMENTE hubiera tratado de salirme de ahí con un: “ándele Poli, no sea malito…” le hubiera dado 50 pesos “pa’ su chesco” y hubiera seguido felizmente mi camino a la oficina. Aquí NO se me ocurrió ni chistar.
A lo que voy con mi historia es a que, ¿qué hubiera pasado si las “ladies de Polanco” hubieran sido las “ladies de Brickell”? y la respuesta es de lo más sencilla: se las hubiera cargado el mismísimo payaso y estarían metidas en la cárcel por peladas.
En fin, el que exista prepotencia es nuestro folclórico país no es novedad, lo que es increíble es darse cuenta, tanto en estos videos como viviendo fuera, de la terrible impunidad en la que estamos sumergidos y de la falta de respeto absoluta que existe para con las autoridades mexicanas. Pobre México, tener que albergar a tanto prepotente gañán, no ha de ser tarea fácil.
Desde la lluviosa ciudad de Miami se despide,
Pelito la Infractora