*Me gustaría aclarar que el siguiente post tiene un carácter un poco más reflexivo y menos cómico (pa que luego no digan que qué coñazo de entrada)
Viviendo en una ciudad en la que existen un número aproximado de un millón de nacionalidades, la pregunta ¿de dónde eres? Se vuelve no sólo común si no el punto de partida de un sinfín de conversaciones. Algo que ha llamado mi atención durante mi estancia en gringolandia, es el efecto que causa decir que mi país de origen es México. Al momento he detectado 4 tipos de reacciones:
1. Entusiasmo: OOOuuu Mexicouuu, tequila, huh??
2. Incredulidad: Mexicouu? Really? (con cara de no puedo creer que exista vida humana ahí)
3. Compasión: Oooh, poor thing, is it as bad as it seems?
y la última y más común:
4. Ignorancia: …but you don’t look Mexican
El que nuestros amigos vecinos del Norte sean ignorantes no es novedad, pero me parece realmente increíble que en noticieros (y no en Primer Impacto precisamente), noticieros serios se refieran a México como parte del territorio Centroamericano, lo siento no lo puedo dejar pasar (Arjona sería nuestra responsabilidad… Dios nos guarde)
Qué mágico sería que nuestras vidas fueran efectivamente como esta gente se la imagina, andaríamos todo el día en el pedo, vistiendo ropa francamente cómoda, el tráfico sería equino y dormiríamos el 70% del día…. ¿dónde firmo? Por el contrario tenemos un estilo de vida MUCHO más estresante que la mayoría de ellos, tenemos casas y restaurantes bonitos, gastamos en ropa, marcas y tecnología más que la mayoría de la gente normal y sensata y somos gente (alguna claramente) educada y civilizada. O sea que a todos aquellos, no sólo gringos, que tengan una imagen similar a la del indio Juan Diego/Carmelita Salinas en mente sobre México o lo mexicanos, los invito a que visiten nuestro país para que se impresionen de la cantidad de cosas que tiene que ofrecer.
Poca gente se quejaba tanto de México como yo, para muestra está mi Facebook o mi Twitter, pero es una realidad que estando lejos se extraña horriblemente. Claro que hay no uno, millones de problemas que, desde mi punto de vista, desafortunadamente no tienen solución, pero también es cierto que la culpa no es del país, es de quienes lo habitamos o sea que el cambio hay que empezarlo nosotros mismos. Y es con este espíritu 100% patriota que me voy al sobre, ¡viva México!
Atte,
Pelito Ortíz de Domínguez!! Ah no, verdad??