Que si líder negativo, líder positivo, líder del equipo o bien, como me hicieron sentir la mayor parte de mi infancia, líder sindical…. estos fueron sólo algunos de los terminajos que mis educadoras utilizaban para referirse a mi amigable persona cuando era yo una jovial colegiala. Aunque para mi primera institución escolar Elba Esther y yo éramos uno mismo (uuo o), todo aquel que me conozca actualmente sabrá que esta «cualidad» Hitleriana que el personal docente veía en mi, no era más que un invento de su pequeñísima imaginación, ¡¡a mi me gusta seguir!! ¿A quién quiero engañar?
No hay nada en la vida que me cause mas estrés que organizar planes, comandar viajes, liderar festividades o ejecutar actividades grupales. Me fascina que me digan exactamente qué es lo que tengo que hacer, a qué hora me tengo que presentar y qué es lo que tengo que llevar ¡Listo!
Y fue precisamente así como mi bienamada amiga me llevó de los pelos a mi más reciente clase de movimiento de cadera. No, no es baile, es un coñazo. Cabe recalcar que no tengo contrato anual ni con la compañía de teléfono, pero bueno, hice caso a los consejos de mi sabia amistad y sucumbí ante la oferta de una membresía anual para fortalecer mi «core» #seapayasa con unas clase de barra… La verdad tuve que «googolear» de qué se tratarían ya que en mi CORTISIMA vida, jamás había escuchado sobre ellas. Fue así que me presenté al nuevo gimnasio con mucho nervio y algo de emoción, aunque poco me tomó para empezar maldecir a todos los descendientes de la pobre teacher. Desde luego que no dudo y que sé que es un tipo de ejercicio mágico y poderoso, que es idóneo para la salud (especialmente para la espalda) pero qué bruto, ¡qué aburrimiento de clase!
La dama que las da (las clases, pues), a esa si le gusta comandar! es una auténtica pistola (además de estar mucho muy tonificada), literalmente te observa los 60 minutos que duran la clase, te pone a hacer posiciones de ballet y yoga (si, yo también río na’mas de pensarme), te hace estar en «plancha» perenne y te somete a escuchar la peor playlist de todo Miami (literal),
Aunque reconozco las cualidades de esta actividad física, la verdad sigo yendo por el inmenso gusto que me da convivir y porque lo único que tengo que hacer es estar en la puerta de mi casa a las 8:00 am, de lo demás se encarga mi bienamada amiga (gracias totales). Tenían razón en el colegio, había un Musolini en potencia oculto en mi persona… #situu
A decir verdad, no se si sean mis raíces cubanas o mi personalidad «anacada» lo que me hace ansiar un movimiento de cadera más sennnnsoal en la calle ocho… Lo bueno es que estando en esta versátil ciudad, puedo mezclar ambas actividades; unos días soy una frágil gacela haciendo «pas de bourreé» y otros días me voy a tallar pista con mis sudorientos compatriotas….. En fin, como diría mi amiga Selena, ¡no me queda más! Ni paper, a seguir asistiendo a mis diversas clases de tonificaciongg muscular… #FML
Se despide,
Pelito Deportista