Archivos Mensuales: noviembre 2012

Amores Perros

Estándar

Algo que nunca me ha terminado de agradar, es el convivio canino. Se que esta afirmación me hace parecer una de las quince hijas de Marcial Maciel, pero es la verdad. Aunque siempre los he respetado, y nunca he favorecido el maltrato animal, digamos que no hemos tenido una relación del todo cordial.

Con los años se me ha ido quitando la fobia a los perros, pero nunca me han caído del todo bien. La semana pasada, mi iluminada y pre cumpleañera cuñada, me solicitó que cuidase de su perro «unos diitas» mientras ellos vacacionaban en Vail (si, el de toda la vida). Aunque mi respuesta mental fue: ni en chochos, mi respuesta social fue: claro, yo la cuido.

Cabe aclarar que en mi vida había convivido más de 5 minutos seguidos con un perro, y fue así que, un poco temerosa y con bastante pereza, pasé x Tencha (nombre del can que ahora ronca en mi oreja). La subí en mi recién lavado coche y me lo llenó de baba, pelos y quién sabe que más, posteriormente la traje a mi limpísimo hogar en donde le bastaron 3 segundos para dejarlo hecho una auténtica mierda, en fin; en mi mente pulularon un sinfín de pensamientos, entre ellos el de terminar con mi vida, y tras varios planes fallidos de abandonar mi misión de cuidado canino, finalmente decidí relajarme y sucumbir ante los arrumacos de Tenchita.

Al día siguiente la lleve a que la bañaran y ahí mismo vi que había un day camp…. Si para perros. Fue entonces que pedí informes y sin más ni más, inscribí a Teluli al camp.

Le empaqué una maleta con su juguete favorito, una bolsa de croquetas, sus snacks predilectos, le di la bendición y ahí la dejé. Al recogerla, tengo que reconocer, que me dio muchísima emoción verla. Posteriormente la encargada me entregó un reporte con el comportamiento del día del perro (había comido bien, echado una buena siesta, hecho muy buenos amiguitos y la había pasado bomba) la verdad, me causó una gracia sin igual, y aunque definitivamente me pareció ridículo, hoy entiendo un poco más el por qué le dan un trato casi humano a los canes en este país… si, la verdad es que SI se convierten en casi tus hijos!!

Hoy, cinco días después, la perra duerme en mi camita, ve la tele en mi pernita, hay pelos en mi teclado (literal), tengo 120 fotos suyas en mi teléfono, come en donde se le hincha un evo (digamos que salió obstinada como su papito) y yo nada más de pensar q mañana se la llevan, se me derrama el litio terriblemente. Ya me quedé como Jack Nicholson en As Good as it Gets… Ni paper! He caído en esto del amor al can, pero con todo.

Lo que si es un roce es el “small talk” con toda la bola de emocionados con el perro, francamente qué coñazo tener que decir 20 veces al día la raza, el sexo y la edad de tu perro, parece anuncio perenne de un dating service, qué intensidad. En fin, se despide de ustedes,

Pelito, The Dog Whisperer ….. (Bájale dos mami, dos)