No sé si a todo el mundo le pase igual, pero cuando llegas a vivir a un primer mundo sueles pensar que todo lo habido en esta nueva tierra será mucho mejor que lo conocido en tu no tan desarrollado país: calles, coches, casas, seguridad, tecnología, shopping, educación, atractivo visual, televisión, tránsito, etc… y si, afortunada o desafortunadamente CASI siempre todo es mejor…. CASI…
Mis siempre llenos de luz familiares me invitaron a disfrutar de un lindo paseo en lancha un domingo a medio día, de inmediato imaginé una experiencia similar a la de Pichilingue en Acapulco: llegar, anclarte, farolear un poco, comer algo rico, platicar, poco de sobre mesa, farolear un poco más y regresar a tu casa…… Bueno, digamos que la versión primer mundista de Pichilingue es un tanto cuanto distinta….. MADRE MIA DEL VERBO ENCARNADO, esto es como mezclar Tepetongo con Caleta, añadirle 150 latas de cerveza y una gran dosis de música reggetonera.
Efectivamente llegas en lancha y te estacionas pero antes de poder aclimatarte, la música a distancia del «antro yate» con 90 personas bailando de reversa te impide poder escuchar al individuo que tienes enfrente. Después la lancha de al lado trae su propio antro con 6 pelados emulando el baile de Shakira en Rabiosa… Francamente señores ¡son unos viejos marranos! Es domingo en la mañana por el amor de Dios! Y lo peor es que asi continúan las 5 lanchas de tu alrededor.
Bueno, tratas de ignorar la imagen del vecino cochino (verso sin esfuerzo #win) te echas a nadar y llegas a uno de los lindos bajos que se encuentran cerca de donde anclaste, pisas y hay un número aproximado de 134 corcholatas de cerveza enterradas en la arena…. Gracias mil! Entronces no te queda mas que subrirte y continuar con el plan original; comer, platicar, oir un remix involuntario de 15 canciones a todo volumen de la gente que está estacionada a tu lado y regresarte muy feliz a tu casa tras haber visto a unos lindos delfines a 5 mts de distancia
No quiero decir que la experiencia fue mala, por el contrario, al igual que Pichilingue, el plan de ir a comer a una lancha es por demás divertido y muy agusto, ahora bien, aprendí mi lección: no por estar aquí significa que todo tenga q ser mejor y por lo menos en este caso, me queda claro que como Pichilingue no hay dos!