Creo que he dejado bastante claro que soy una persona que se conmueve en demasía con las películas y que suele derramar una cantidad importante de lagrimas durante un filme. Desde luego que The Help, no fue la excepción. Y no es precisamente sobre esta película sobre la que quiero reflexionar, sino sobre las protagonistas de la misma… Las invaluables muchachas.
Toda aquella persona que me conozca realmente, sabe que para mi Lupita e Irma (las muchachas de casa mis papás) eran parte de mi familia, y lo fueron durante los 20 años que ahí residieron. El día que se fueron, lloré como Magdalena su partida y entendí una realidad muy dolorosa… que nunca más las volvería a ver. Ese día el dolor fue personal, por lo que las iba a extrañar a ellas como personas; bueno pues, el día de hoy, más allá del dolor personal, es un dolor físico (literal) el que me lleva a recordarlas diariamente.
Sólo tengo una pregunta que me gustaría poner en el ambiente: ¿Qué es este infierno del autoservicio!? El otro día me dormí vestida con tal de no ensuciar la pijama, y re usé un vaso de agua como 3 veces a fin de no seguir lavando y arruinarme mi ahora costoso manicure… Jesucristo, buena onda aplaca tu ira.
El día que mi madre me instaló en Miami y me encargó que pusiera la secadora, tuve q pedir auxilio, no sabía ni como prenderla. Claramente a la lavadora de platos le eche detergente normal y el resultado no lo quiero ni comentar, he terminado con gasolina en los jeans x no parar la bomba a tiempo y por si fuera poco, llamé al electricista porque según yo el espíritu del Padre Maciel andaba rondando mi casa y se había ido la mitad de la luz…. Fue el fusible q se botó, no el alma perturbada de “Mon Père”, y así podría continuar mi lista de acciones propias de la prima tercer mundista de Elle Woods.
De verdad es increíble lo mal acostumbrados que estamos en México a que alguien nos resuelva siempre todo. Aquí ese concepto ¡NO EXISTE! Desde luego que encuentras ayuda pero nunca nada algo medianamente parecido a lo que tenemos en México.
Hoy 9 meses después de hacerme todo yo sola, es increíble lo que he aprendido, ya no soy 100% inútil, queda un saldito como de 40% pero ya algo es algo. Y además, aunque siempre fui de lo más agradecida, hoy valoro la labor tanto de las muchachas como de las mamás (muchachas ejecutivas, lo siento) mucho pero mucho más, de verdad gracias por postergar tantos años la incursión al mundo de la limpieza y manutención del hogar, porque la verdad es que hacerla de tu propia muchacha y encima sin goce de sueldo… Si es un auténtico coñazo.
Aprovechen, quieran y paguen bien por los servicios que tienen allá, de verdad ¡son invaluables! El que me lavaba el coche en la oficina me cobraba 30 pesos (25 si lo lavaba 3 veces a la semana) y a veces le chillaba. Hoy pago un car wash malísimo por MINIMO 9 dls y encima tengo yo que aspirarlo por dentro… Sabe qué, no se vale! (¡Cálmate reportera de TV Azteca!)
En fin, me despido sin manos desde luego porque la fibra verde hoy si causó estragos importantes, pero con un espíritu enaltecido por no ser más una señorita inútil de mamá y papá…. ¡Si, tú! ¡Au revoir!